¿sabías qué?
“Y nos dieron las diez” es una canción de Joaquín Sabina que apareció en su disco de 1992 Física y química. Era el primer tema de aquel disco y fue editado también como single.
“Y nos dieron las diez” es una canción de Joaquín Sabina que apareció en su disco de 1992 Física y química. Era el primer tema de aquel disco y fue editado también como single.
EL ORIGINAL?
LOS SECRETOS: Ojos de gata
“Ojos de gata” apareció en el disco de 1991 de Los Secretos Adiós tristeza. El disco, producido de nuevo
como el anterior por Joaquín Torres contó con una base rítmica nueva en el
grupo, con Iñaki Conejero al bajo y Paco Beneyto a la batería.
En este caso, la canción compartía parte de su letra y una cierta
similitud en la música con “Y nos dieron las diez” de Joaquín Sabina. Este es
un caso único en la música española de dos canciones compuestas a partir del
principio de una letra. La historia, como bien se recoge en varias páginas web:
Un día, a principios de 1991, Enrique y su mánager (Pedro
Rodríguez Almeida) llegan al pub Bwana de Madrid. Al día
siguiente Los Secretos tienen un concierto, pero Enrique Urquijo decide
salir a tomar unas copas. Así que su mánager, como siempre, lo acompaña para
evitar que se desmadre. En el bar se encuentran con Joaquín Sabina,
con quien Enrique mantiene una buena relación. Y ambos autores entablan una
conversación. En un momento de la misma, Enrique le pregunta a Sabina si no
tendría algún material que pudiera serle de utilidad, ya que está trabajando en
la publicación de un nuevo álbum y se encuentra sin ideas.
Por casualidad, Joaquín lleva encima unos versos que había escrito, al
parecer, esa misma mañana. Se los muestra a Enrique que los lee con
impaciencia. Son estos:
A Enrique le gusta mucho, así que coge una servilleta de papel y copia
esas dos estrofas en ella. Poco después, su mánager lo convence para que se
vayan a casa y lo acompaña en taxi. Y allí mismo, dentro del taxi, Enrique
escribe el primer borrador de lo que finalmente se convertiría en “Ojos de
gata”.
Pasado el tiempo y en el convencimiento de que Sabina le había cedido los versos, Enrique propone a su grupo incluir en próximo disco la canción que había compuesto a partir de ellos. Evidentemente a los componentes de Los Secretos les gusta mucho el tema y aceptan encantados la propuesta. Y así es como “Ojos de gata” pasa a formar parte del álbum Adiós tristeza.
Pasado el tiempo y en el convencimiento de que Sabina le había cedido los versos, Enrique propone a su grupo incluir en próximo disco la canción que había compuesto a partir de ellos. Evidentemente a los componentes de Los Secretos les gusta mucho el tema y aceptan encantados la propuesta. Y así es como “Ojos de gata” pasa a formar parte del álbum Adiós tristeza.
Se supone que Sabina, mientras tanto (y sin saber que Enrique ha
completado esa letra y hasta le ha puesto música y la piensa incluir en su
próximo álbum), hace lo propio con lo que al principio sólo eran dos estrofas y
que termina siendo otra canción, esta titulada “Y nos dieron las diez”.
En setiembre de 1991 se publica Adiós tristeza, con “Ojos de gata” y cinco
meses más tarde, en abril de 1992, sale a la luz el álbum de Sabina Física y Química, con “Y nos dieron las diez”.
Hasta aquí más el relato de los hechos. Pero, ¿conocía o no Sabina la música de
“Ojos de gata” cuando compuso la de “Y nos dieron las diez”? Es decir: ¿el
parecido musical entre ambos temas es algo más que una casualidad? Parece
ser que Sabina llegó a conocer la canción de Enrique antes de publicar la suya.
Pero las versiones de cómo se produjo tal circunstancia difieren.
Según afirma Joaquín Torres, productor de Adiós tristeza, Enrique llevó a casa de
Sabina una grabación de “Ojos de gata” antes de publicarla. Según cuenta, a
Sabina le habría gustado tanto el tema que le dijo a Enrique que ya no grabaría
la que él estaba preparando, que dejaba el tema “aparcado”. Enrique vuelve
contándole al resto del grupo que a Sabina le ha encantado y que “la ha
escuchado y ha dicho que él ya no saca su versión”.
Lo que ocurre es que posteriormente cambia de idea y vuelve a llamar a
Enrique para confirmarle que ha decidido incluirla en su nuevo álbum (que se
llamaría Física y Química), pero que no será single.
Este último aspecto parece ser que era muy importante para Los Secretos, que ya
tenían previsto un single con “Ojos de gata” para finales de 1992. De todos
modos, finalmente también “Y nos dieron las diez” sería publicada como single.
Sin embargo, según otra versión de los hechos la primera vez que
Joaquín escuchó “Ojos de gata” fue el 29 de noviembre de 1991, poco después de
que se editase el disco de los Secretos y unos meses antes de que se publicara Física y Química. Fue en un festival en
Gran Canaria donde coincidieron Los Secretos y Sabina entre otros grupos.
Al parecer, Álvaro Urquijo se encontró con Sabina, que le preguntó por su
hermano Enrique y le dijo: “Dile que ya no haga la canción, que ya la he
terminado yo”. Álvaro entonces le contestó algo así como “Pues si vieras el
temazo que hizo él…” Según esta versión, Álvaro llevaba consigo una copia del
disco y se metieron en un cuarto (junto con Pancho Varona) donde escucharon la
canción. Sabina quedó asombrado de la calidad de la misma y le dijo a Álvaro:
“Vosotros la habéis sacado con vuestro nombre y yo la sacaré con el mío, y sin
competencias ni nada”.
El caso es que en abril de ese mismo año apareció por fin Física y química, y el primer single era “Y nos
dieron las diez”. Sea como fuere, lo que parece evidente es que la música de la
canción de Sabina recuerda bastante a la de Enrique. Sin embargo, mientras los
créditos del disco de Los Secretos atribuían, como es lógico, la canción a
Enrique Urquijo y Joaquín Sabina, los de Física y química sólo reconocían a Joaquín
Sabina como autor de música y letra.
Miguel A. Bargueño indica en su libro Enrique Urquijo, adiós tristeza que “esa serie de malos
entendidos hicieron que Enrique se sintiera bastante incómodo y a punto
estuvieron de derribar la amistad que les unía”. Aunque para Sabina, el asunto
no tuvo tanta importancia: “Mucha gente, de tanto hijo de puta que hay, pensaba
que alguien le había robado algo a alguien”.
Esta historia termina un tiempo después, cuando Joaquín Sabina le da a
Enrique una letra completa para que le ponga música y puedan firmarla entre los
dos, a medias. Enrique se desentendió por completo del asunto y fue su hermano
Álvaro quien recogió el testigo y rubricó (en el siguiente disco de Sabina, Esta boca es mía, de 1994) la conocidísima “Por
el bulevar de los sueños rotos”.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario